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Mostrando entradas de abril, 2017

El alma de los bosques

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Imaginaos el típico paisaje natural sueco. ¿Qué animales encajan en él? Probablemente la mayoría habréis visualizado un alce o reno de forma prácticamente automática. Desde luego, estos mamíferos se podrían considerar un símbolo nacional. Cuando entras a una tienda de souvenirs, encuentras llaveros, camisetas y todo tipo de objetos representando este animalillo tan común en los países nórdicos.  Guardianes de los bosques, solemne presencia, ágil caminar. Esta era la estampa que mi mente había definido antes de venir por estas tierras. Grandes alces que viven alejados de las poblaciones humanas, dominando su gélido territorio. Me preguntaba si tendría oportunidad de verlos alguna vez. La verdad es que mi idea no iba desencaminada, a excepción de la supuesta lejanía respecto a las ciudades. Resulta que una mañana, llega tarde una compañera a clase y nos dice "es que se habían metido dos alces en mi jardín y no podía sacar el coche". ¿Cómo? Sí. Pequeños problemas de la vida

Plumas primaverales

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Hace un par de semanas, se empezaron a decorar las calles de Göteborg con finas ramitas marronáceas y llamativas plumas de colores, dando un toque especial a decenas de rincones. Van inundando el paisaje y nadie desaprovecha la ocasión de unirse a la celebración de la llegada de la primavera: tiendas, bancos, salas de espera, casas particulares...  Y es que, mientras en la península Ibérica se festeja la Semana Santa a golpe de tambor y procesiones, el ambiente nórdico profesa un estilo bien diferente. Aunque los días festivos también corresponden al calendario religioso, las tradiciones más populares tienen un carácter alegre y distendido. De hecho, me da la impresión de que mantienen cierta conexión con aquellos rituales ancestrales que homenajeaban la explosión de la primavera y su vivacidad de colores. Muchas flores vuelven a deleitarnos la vista y el olfato después de los meses de letargo, el sol nos visita cada vez más a menudo, la nieve va desapareciendo y los cantos de los

De särbos va la cosa

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Definitivamente lo de casarse no se lleva en este país. Reflexionaba sobre esta cuestión el otro día, ya que en poco más de seis meses voy a asistir a dos bodas de amigos españoles mientras que aquí no es algo demasiado visible. Parece que en la cultura sueca este ritual pasó de moda hace algunas décadas.  La sospecha rondaba en mi mente desde hacía semanas y, por lo visto, no se limita a la superficial impresión de una recién llegada. Según dos estudios llevados a cabo por la Universidad de Göteborg y Svenska Kyrkan*, la juventud sueca interpreta el matrimonio como un compromiso demasiado serio y de costes elevados. Las investigaciones se realizaron por separado por parte de cada entidad, entrevistando a parejas jóvenes con el consiguiente seguimiento de sus relaciones durante unos años. Los resultados sorprendieron al equipo de investigadores y ambas derivan en la misma conclusión: se prefiere tener hijos a casarse. En otras palabras, contraer matrimonio resulta arriesgado, mien